Una novia de Hong Kong que da el sí quiero con un vestido de nombre español; una familia que compra zapatos Camper en la quinta avenida de New York; un grupo de colegialas que recorre las distintas tiendas de la familia Inditex en Shangai; un empresario saudí que compra en una lujosa marca cuyos bolsos son producidos en Úbeda (Valencia). Todos estos son ya escenarios habituales de la industria textil española, que vive una época dorada en su internacionalización.
España se ha convertido en la última década en un gigante textil digno de medir sus fuerzas con las principales potencias. El imperio de la moda española domina amplios territorios: desde los low cost de Inditex (que ya es la 3ª empresa española de la historia en valer 100.000 millones en bolsa) , Mango o Cortefiel, presentes en casi 10.000 tiendas de un centenar de países, hasta la moda nupcial, pasando por el calzado y los complementos de lujo.
Cuando se trata de exportar trajes para dar el sí quiero, no hay otro país en el mundo, después de China, que nos adelante y se calcula que una de cada diez mujeres en el mundo se viste _made in spain _en el día de su boda . Pronovias y Rosa Clará son las empresas líderes en este sector. Francia, Italia, Alemania, Marruecos y Portugal son los principales destinos de nuestros trajes nupciales, aunque también comienza a ser significativa la exportación a otros países como China, México, Turquía y Rusia.
Las exportaciones españolas de textil y calzado alcanzan el 7,9% de la exportación total del país y no paran de crecer: el incremento en 2013 fue del 8,6% y el incremento de las ventas online del 55%. Estas cifras suponen, según el Barómetro de la Moda, que realiza la publicación especializada Moda.es, el 45% de la facturación de las firmas españolas de este sector.
Este imparable crecimiento se debe principalmente al declive del mercado interior que ha acelerado los planes de expansión global de las empresas. Pero no hay que olvidar que España es un país de fuerte tradición textil, ya desde sus inicios industriales, y que siempre ha fabricado para marcas internacionales. Hoy, aunque la fabricación se haya reducido drasticamente, muchas empresas han sabido aprovechar la experiencia adquirida para internacionalizarse, exportando sus productos y abriendo tiendas.
En cuanto al destino de nuestras exportaciones los países europeos ocupan los primeros puestos, aunque Rusia, China y Latinoamérica se están configurando como mercados en constante crecimiento y representan grandes oportunidades para la moda española.
**Latinoamérica en su conjunto, se ha convertido en un mercado prioritario para el textil español **.
Según el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), las exportaciones en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela han sido especialmente buenas, alcanzando el 24%.
México, Brasil y Panamá suman el 40% de las exportaciones textiles a Latinoamérica . México es vista por muchas marcas con una importancia estratégica como una puerta de entrada al mercado latino, donde el éxito de los grandes almacenes al estilo Corte Inglés juega un papel fundamental. Las firmas españolas pueden testear el mercado, probando suerte con un pequeño rincón en estas tiendas departamentales y si tienen éxito, pueden arriesgar y apostar más fuerte, invirtiendo más o abriendo sus propios puntos de venta.
El principal reto para las empresas españolas que exportan moda no viene de la calidad o el diseño del producto ni de los costes de fabricación, sino de la comunicación. La construcción de marca se configura como una de las mayores dificultades que atraviesan nuestras firmas cuando se mueven globalmente , pues parecen no haber sabido desarrollar una identidad de marca poderosa que las diferencie del resto al estilo de Louis Vuitton o Longchamp.
Conseguir este caracter único de la marca y la comunicación son factores decisivos en la estrategia de internacionalización del producto textil. Las redes sociales, app’s móviles, webs, el fenómeno blogger, o el contenido generado por los usuarios, son algunas de las tendencias digitales clave de la nueva relación de las marcas con sus consumidores. Aprovechar su potencial, no solo como canal de ventas sino como herramienta de conexión con la audiencia será imprescindible en el futuro camino de la moda española hacia los mercados globales.
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