Durante unos pocos días a principios de este mes de septiembre, el estado de Florida, conocido como el estado norteamericano en el que brilla más el sol —_ the US sunshine state_ —, no vió ni brillos ni sol. El huracán Irma arrasó el estado con una ira que dejaría atónito hasta al más ferviente de los cazadores de huracanes. En terreno firme, la limpieza de los destrozos que deja un huracán es física y emocional para algunos. Pero en la industria del transporte marítimo, las empresas continúan luchando por regresar a la normalidad.
El huracán Irma fue uno de los cinco huracanes más fuertes registrados nunca en el Atlántico. Gracias a las sofisticadas tecnologías de predicción meteorológica, los avisos fueron enviados con bastante tiempo de antelación. Y dada la severidad de la situación, las precauciones recomendadas fueron escuchadas atentamente. Las operaciones de transporte marítimo fueron pausadas y los puertos desde Florida a Carolina del Sur suspendieron su actividad. Compañías de cruceros como Carnival Corp o Royal Caribbean Lines cancelaron varias salidas. Y todo esto, para evitar la ira de la madre naturaleza.
Siempre es mejor prevenir que curar, y los operadores que tenían la capacidad de redirigir las rutas de sus buques lejos de los peligros del huracán, así lo hicieron. Pero todo esto ha tenido un considerable impacto económico. Un buque portacontenedores con capacidad para 8.000 TEUs puede consumir hasta 225 toneladas de fuel por día. Para los barcos de cruceros ese número puede aumentar hasta los 250. Dicho esto, incluso la más mínima desviación de una ruta puede generar importantes costes a los operadores.
A pesar de todas las precauciones tomadas ante Irma, el retraso estaba destinado sin embargo a causar trastornos logísticos. Y así lo hizo. Días después del paso de Irma, el transporte intermodal todavía continuaba sufriendo los retrasos por la carga que necesitaba ser transportada por vía ferroviaria a los puestos del sudeste de los Estados Unidos. Incluso gigantes de la industria como Amazon tuvieron dificultades para mantener su promesa de “envío en dos días” con los clientes.
Hay que tener en cuenta que los seis principales puertos que cerraron a causa de Irma gestionan uno de cada seis contenedores que entran o salen en Norte América. También juegan un papel muy importante en el transporte de petróleo, diesel y combustible para aviones. Dicho esto, podemos comprender que un huracán como Irma provoque un efecto dominó de consecuencias en las cadenas de suministro mundiales.
“Cada vez que un puerto cierra, implica retrasos y desvíos de buques. Sin contar los daños causados, el impacto es considerablemente significativo. Desde navieras omitiendo puertos o no teniendo suficiente carga en los buques, hasta la reprogramación de rutas y salidas. Todo el mundo está perdiendo tiempo y dinero.” – Klaus Lysdal, VP ventas y Operations, iContainers
A estas se suman otras inconveniencias, como menores volúmenes de carga en los puertos o almacenajes de carga extra. Algunos operadores detuvieron los relojes de las ocupaciones y demoras cuando Irma ses avecinaba, y los pusieron de nuevo en funcionamiento cuando el reiniciaron su actividad. Pero incluso en estos casos, muchos cargadores se encontraron en la situación de tener que pagar a los transportistas cargos adicionales, almacenamiento o quizás teniendo que hacer planes alternativos para mover su carga a otros puertos.
Una gran parte de los daños producidos por los huracanes son muy visibles. Pero fuera de los territorios arrasados, los efectos también se dejan sentir. Dados los trastornos causados por los huracanes, la industria del transporte marítimo puede esperar otros efectos menos visibles —pero no por ello menos importantes— que aún están por venir.
Todavía no se sabe cuánto, pero los expertos de la industria coinciden en que se producirá una subida de las tarifas de transporte marítimo en el último trimestre del 2017 y el primero de 2018 como resultado de los huracanes. Dado que los huracanes Harvey e Irma dejaron mermada la capacidad petrolera norteamericana (alrededor de un -16%), es poco probable que los precios del diesel bajen en cualquier momento. Dicho esto el precio del diesel subió hasta $0,18 la pasada noche, y dado que este coste escala hacia abajo, los cargadores pueden esperar incrementos en sus tarifas de transporte marítimo de entre el 1,5% y el 2,5%.
“Nunca puedes predecir lo que va a pasar. Pero no es muy arriesgado decir que los costes de transporte marítimo subirán durante toda la temporada y que veremos cómo esta tendencia continúa el próximo año”.– Troy Cooper, Chief Operating Officer, XPO Logistics
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