En el transporte marítimo, existen dos modalidades de envíos de contenedor: LCL que corresponde a las siglas de less than container load (menos que una carga de contenedor) y FCL que corresponde a las siglas de full container load (carga de contenedor completo).
Como sus nombres sugieren, un envío LCL implica que la mercancía ocupa menos que el espacio total de un contenedor completo, lo que significa que el contenedor será compartido y en él viajarán distintas mercancías de varios proveedores.
Si quieres saber más sobre estas dos formas de enviar un contenedor, encontrarás más información en nuestras páginas sobre envíos de grupaje marítimo y envíos de contenedor completo.
Como hemos dicho, los envíos LCL implican que distintas mercancías viajan juntas en un contenedor. Dado que se comparte el contenedor, su logística es un poco más complicada, por lo que requieren una mejor preparación y coordinación para asegurar que todo va sobre ruedas, tal y como se ha planeado.
Si decides contratar un envío LCL, necesitarás comunicar a tu transitario las dimensiones y el peso de la carga. Tendrás también que entregar documentos como el bill of lading, la factura comercial o el packing list.
Los envíos LCL también son conocidos con el nombre de grupaje marítimo, porque las mercancías se agrupan y se cargan dentro de un contenedor con otros grupajes. Un envío FCL simplemente significa que la carga ocupa el espacio total disponible en un contenedor completo.
Nota: Además de estos documentos, tu transitario podría requerir documentación adicional.
Los grupajes o LCL son enviados normalmente con una frecuencia regular fija, puede ser semanal o quincenal, dependiendo del puerto de destino, por eso los tiempos en este tipo de envíos son cruciales.
El agrupamiento de la carga LCL tiene lugar en el almacén, llamado almacén consolidado. Lo más habitual es que tu transitario gestione la recogida de la carga y se encargue de transportarla hasta el almacén. Pero también tienes la alternativa de entregar tú mismo la carga en el almacén del consolidador. Debes saber que, en caso de escoger esta segunda opción, la carga debe llegar bien preparada, empaquetada y lista para ser cargada.
En cualquiera de los dos casos, ten en cuenta que las mercancías deben llegar al almacén con suficiente tiempo de antelación. Si el almacén se encuentra cerca del puerto de salida, la fecha límite para que entregues tu carga en el almacén es habitualmente 7 días antes de la salida del barco. Pero esto varía dependiendo de la localización del almacén. Cuando los almacenes están en el interior, los contenedores tardan más en llegar al puerto, por lo que la fecha límite de entrega será antes.
Este tiempo de antelación permite consolidar adecuadamente todas las cargas LCL en el contenedor.
Si quieres asegurarte de que tu carga viaja completamente segura, puedes consultar nuestra guía sobre cómo preparar adecuadamente la mercancía para un envío LCL.
Una vez que el contenedor ha sido consolidado y preparado, es transportado al puerto de salida. La fecha límite para que los contenedores lleguen a puerto es de aproximadamente tres días antes de la salida del barco. Una vez que la carga ha llegado al puerto, es transferida a la naviera y luego enviada al puerto de destino.
Si el destino de tu carga es un puerto secundario, tus mercancías podrían ser descargadas en un puerto de escala. En este lugar podrían ser transportadas a otro contenedor o esperar hasta que más mercancías completen la carga en el contenedor antes de continuar el viaje hacia su destino final.
Dicho de manera simple, es muy similar a lo que le sucede a tu equipaje cuando estás haciendo escala en un aeropuerto. Necesitará ser descargado del avión en el que has aterrizado y transferido hacia el avión de tu próximo vuelo.
Una vez que el contenedor llega al puerto de destino, el** agente en destino** de tu transitario asumirá la responsabilidad. Se encargará del despacho de aduanas, recogerá el contenedor y lo transportará desde el puerto hasta un almacén llamado almacén de desconsolidación. Una vez allí el contenedor es desconsolidado y la carga se separa en los distintos envíos LCL que la conformaban.
En este punto, el consignee o consignatario —la persona que debe recibir el envío— puede ir a recoger sus mercancías al almacén. De forma alternativa, el agente puede entregar la mercancía en su destino final. En este caso la mercancía será transferida desde el almacén de desconsolidado hasta la dirección final en la que será entregada.
En general, si todo va bien, un envío LCL no tiene por qué ser más largo que un envío FCL. Podría ser incluso más rápido si tienes la suerte de conseguir a última hora un espacio libre que encaje con tu carga.
Sin embargo, lo que sí podría suceder es que tu envío sufra retrasos mientras se espera a que los otros envíos LCL sean cargados en el contenedor.
Adicionalmente, si se encuentra algún error en la documentación de alguno de los envíos, es muy posible que el contenedor se retrase, porque las aduanas podrían detener el contenedor entero para su inspección o para requerir la documentación necesaria.
A nadie le gusta sufrir retrasos por los errores de otro, por eso deberías rellenar tus documentos de forma exacta y correcta y asegurarte de que tu carga llega a tiempo.
Otro factor que podría desencadenar un retraso es que tu envío no tenga como destino un puerto principal, sino algún puerto menos conocido. La mayor parte de rutas internacionales ofrecen fechas de salida fijas y frecuentes. Pero si envias tu carga a puertos más pequeños, podrías tener que esperar algunas semanas hasta la próxima fecha de salida y también hasta que barcos más pequeños puedan transportar tu carga desde los puertos principales.
Cuando la ruta del envío incluye escalas o transporte intermodal, los retrasos son más comunes. Como mencionamos anteriormente, en el caso de que haya un puerto de escala, podría hacer falta cargar otras mercancías en el mismo contenedor o descargar la carga y transferirla a otro contenedor.
En el caso del transporte intermodal, hay que transferir la carga desde el puerto a las terminales terrestres. Ésto complica la logística y aumenta la posibilidad de sufrir retrasos.
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