Con el auge de la economía china y el crecimiento imparable de sus exportaciones durante las últimas décadas, las importaciones del gigante asiático llevan años acaprando la atención de los medios.
Esto ha sido especialmente así en los últimos meses, en los que la sombra de la guerra comercial planea sobre la economía mundial, amenazando el intercambio comercial entre China y Estados Unidos, así como con el resto de países.
La icónica etiqueta made in China es reconocida en todo el mundo por una buena razón.
China es el mayor exportador mundial y por bastante diferencia. En 2017 exportó mercancías por valor de $2.410 millones, casi el doble de lo que Estados Unidos (el segundo mayor exportador mundial) registró en el mismo periodo.
Pero sus cifras de exportación no nos cuentan toda la historia. Como segundo mayor importador del mundo, sus compras son el otro aspecto al que debemos mirar para entender su realidad económica.
En otras palabras, qué exporta China es una cuestión tan relevante como qué importa China para la economía global.
Según los últimos datos del Observatorio Económico Mundial, en 2017 China importó mercancías por valor de $1540 millones. Y durante los últimos cinco años, sus importaciones se han mantenido constantes, creciendo a una tasa anualizada del 1,3%.
En cuanto a destinos de importación —igual que sucede con los destinos de exportación— podemos ver cómo el resto de países asiáticos juegan un papel clave.
De hecho, Japón y Corea del Sur se encuentran entre los tres primeros puestos del ranking, tanto en destinos de exportación como en destinos de importación.
Pero dejando a un lado los países asiáticos ¿de dónde proceden los productos importados por China?
Principalmente de Estados Unidos, Alemania, Australia y Brasil.
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