Enviar un contenedor lleno de muebles, como sillas y mesas de plástico es relativamente sencillo.
Este tipo de mercancías pueden ser empaquetadas, paletizadas, cargadas y descargadas con cierta facilidad.
Incluso si envías maquinaria, con sus formas extrañas y diferentes tamaños, el envío sería más complejo, pero simplemente requeriría un contenedor no estándar, como un open top o un flat rack.
Pero si hablamos de enviar mercancías peligrosas, la cosa cambia radicalmente.
Principalmente porque aquí entran en juego factores críticos como la salud y la seguridad de los que van a gestionar y manipular el envío.
Las mercancías peligrosas, también conocidas como mercancías IMO, son aquellas que tienen el potencial de causar daños a los organismos vivos y al medioambiente.
Esto podría incluir daños producidos por una la sustancia o producto en sí o por el contacto o reacción con otros productos y sustancias.
Esta es la definición de mercancías peligrosas dada por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos:
Una mercancía peligrosa es cualquier sustancia o material que tiene la capacidad de poner en riesgo la salud, la seguridad y la propiedad durante su transporte.
Los materiales peligrosos pueden presentarse en distintas formas, como la sólida, la líquida y la gaseosa. Esto incluye desde cualquier tipo de químicos y baterías de litio hasta sustancias infecciosas, hielo seco, nitrógeno líquido, materiales radioactivos y muchos más.
Obviamente, el envío de mercancías peligrosas implica una preparación considerablemente mayor que incluye la obtención de certificados, un embalaje apropiado, la cumplimentación de la documentación, etc.
Y todo ello asegurándose de que se cumplen los diferentes requerimientos y normativas internacionales.
En este artículo hablaremos de cómo determinar si tus mercancías se consideran peligrosas y, si es así, en qué te deberías fijar al enviar este tipo de carga.
Determinar si tu carga es peligrosa o no puede ser más complejo de lo que parece.
Porque incluso artículos aparentemente inocuos como perfume, pintura o detergente para la ropa son considerados como mercancías peligrosas.
Para saber con seguridad si las mercancías que vas a enviar son peligrosas, te recomendamos que solicites una ficha de seguridad del producto (en inglés material safety data sheet o MSDS). Este documento contiene las propiedades físicas y químicas del producto y puede ser obtenido del fabricante o proveedor.
Las mercancías peligrosas suelen clasificarse de acuerdo con la naturaleza del riesgo que potencialmente presentan. Por eso hablamos de materiales inflamables, sustancias explosivas, materiales radioactivos, etc.
La organización marítima internacional clasifica las mercancías peligrosas en estas 9 categorías generales:
El transporte de mercancías peligrosas está regulado por distintos organismos, dependiendo del modo de transporte, el país de origen y el de destino, etc.
Pero los principales reglamentos para el transporte de mercancías peligrosas son estos:
En Estados Unidos, el transporte de mercancías peligrosas está regulado por el código de regulaciones federales 49 (49 CFR), establecido por el departamento estadounidense de transporte (US DOT).
Tan sólo en España, fueron transportadas más de 6 millones de toneladas de mercancías peligrosas durante el año 2018. Tal volumen deja un amplio margen a que algo pueda salir mal.
Dado el elevado riesgo presente en el transporte de mercancías peligrosas, los expedidores deben llegar hasta donde haga falta para asegurar que todos los aspectos del proceso —del embalaje a la documentación— sean seguros y de acuerdo a la normativa.
Dicho esto, aquí tienes cinco aspectos que deberías cuidar especialmente a la hora de enviar mercancías peligrosas.
El embalaje y la preparación de las mercancías juega un papel extremadamente importante en el transporte de todo tipo de carga, pero más aún en el caso de las mercancías peligrosas.
Las mercancías peligrosas deberían ser embaladas de manera que no supongan ningún riesgo durante el trayecto de transporte marítimo a bordo del buque.
Y aquí hace recordar que la carga se verá expuesta a cambios de temperatura y humedad, así como a movimientos y turbulencias. En cualquier caso, la carga debe ser embalada de manera que llegue en perfectas condiciones a su destino teniendo en cuenta todo los cambios que sufrirá en alta mar.
Si envías carga peligrosa que sea sensible a cambios de humedad, condensación o temperatura, asegúrate de que el contenedor impide la entrada de agua, viento y aire.
Debido al potencial peligro que entrañan las mercancías peligrosas, es fundamental que las etiquetes adecuadamente.
Asegúrate de que usas las etiquetas y pegatinas adecuadas y de que sean visibles en la parte interior y exterior del embalaje. Quita cualquier otra etiqueta que no esté relacionada y no sea necesaria para evitar la confusión.
Indica el código IMDG (International Maritime Dangerous Goods) o el número UN (United Nations) para que se vea claramente cuál es el nivel de riesgo para aquellos que lo manipulen.
Adicionalmente, considera la opción de incluir en la etiqueta el número de contacto del expedidor en caso de emergencias.
Preparar la documentación en un envío de mercancías peligrosas es mucho más complicado (y también más importante) que en un envío de carga regular.
En función de la clasificación de las mercancías, podría ser necesario cumplimentar diferentes juegos de documentación para que tus mercancías sean declaradas correctamente y consideradas aptas para su transporte y manipulación.
Ten en cuenta que cualquier fallo en la documentación podría hacer que tus mercancías queden retenidas en las aduanas, tanto en origen como en destino.
El seguro de transporte marítimo se recomienda en todos los envíos, pero en el caso de las mercancías peligrosas, sería muy poco aconsejable no contratar un seguro, por el alto riesgo que acompaña a este tipo de envíos.
Dependiendo de si tu envío de mercancías peligrosas es nacional o internacional, necesitarás un seguro con distintas coberturas.
Procesar la solicitud del seguro te llevará un tiempo adicional. Así que tan pronto como estés seguro del tipo de envío, el valor de la carga y el destino, ponte en contacto con tu proveedor de seguros o con tu transitario para gestionarlo.
Antes de la recogida del envío, saca fotos de tus mercancías empaquetadas, de manera que puedas verificar su condición y estado en caso de que tengas que presentar una reclamación a la compañía aseguradora.
Desde la documentación al embalaje, la preparación de un envío de mercancías peligrosas es más larga y compleja que la de un envío estándar.
Nuestro consejo es que comiences a planificar tu envío con al menos cuatro meses de antelación. Según el país y el tipo de mercancía, sólo conseguir los permisos necesarios podría llevarte más de 120 días.
En cuanto a la reserva del transporte marítimo, te recomendamos reservar tu envío con un mínimo de 2 semanas de antelación.
Ten en cuenta que para el envío de mercancías peligrosas es necesario obtener la aprobación de la naviera, lo que puede llevar su tiempo.
En el momento de hacerlo, asegúrate de informar a tu transitario de la naturaleza de tus mercancías.
iContainers no acepta envíos de mercancías peligrosas sin el consentimiento escrito de la naviera que opere el envío. Si deseas más información sobre el envío de mercancías peligrosas con iContainers, contacta con nuestros equipo de ventas.
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