Ya envíes un regalo, mercancía comercial o te mudes a Australia, el proceso es laborioso. Desde el punto de vista de Estados Unidos, Australia está a un mundo de distancia, por lo que la lógica dicta que la manera de hacer las cosas difiera en gran medida. Sin ir más lejos, en Australia se vive entre algunos de los animales más peligrosos del mundo y el verano es eterno.
Pero pongámonos serios. Lo último que quieres que pase es que pierdas dinero o valiosa mercancía en el proceso. Así que, si estás pensando en realizar un envío a Australia, aquí te dejamos algunos consejos que querrás leer antes de hacerlo, sobre todo si se trata de transporte marítimo.
Si vas a enviar mercancía a Australia, es crucial que comprendas su normativa aduanera. Como la mayor parte de países, Australia es extremadamente estricta en cuanto a la aduana y la cuarentena. Esto se debe a que el país cuenta con niveles altos de seguridad y un ecosistema autosuficiente que es imprescindible proteger.
Lo primero que deberás hacer es asegurarte de que tienes toda la documentación para la aduana en orden y con la información correcta. También es importante que la descripción del valor y el contenido de la mercancía coincida con la factura que envíes con tu carga. Cualquier pequeño error puede suponer que tu envío se retrase, se le deniegue la entrada e incluso, en algunos casos, se destruya.
Para evitar problemas con tus envíos, aquí tienes algunas restricciones en envíos a Australia que debes conocer:
Esta lista también incluye ciertos tipos de animales y razas de perro. Aquí encontrarás más información sobre lo que se puede enviar o no a Australia.
Estados Unidos y Australia no están cerca. El tiempo de tránsito normal para el envío de un contenedor desde EEUU a Australia es de dos o tres semanas y, a veces, más. No obstante, hay ciertas variables que pueden influir en lo que tarde tu mercancía en llegar a su destino final. Estos son algunos de los factores:
Para definir un verdadero plazo de tiempo, consulta con expertos en envíos internacionales, ya que ellos podrán darte una fecha más exacta en base a sus rutas y experiencia.
Los impuestos y aranceles se aplican a la mayor parte de la mercancía importada cuyo valor supere los 1.000 $ AUD. Los aranceles se calculan en base a un porcentaje del coste real de cada artículo. El impuesto sobre bienes y servicios normalmente es del 10% del valor de la importación imponible. Evidentemente, la mayoría de las navieras te cobrarán un 10% adicional por esto mismo.
El impuesto sobre bienes y servicios también se aplica a cualquier artículo importado, supere o no el umbral de los 1.000 $ AUD mencionados previamente. Este impuesto se abona antes o después de la llegada de la mercancía en función del valor del total de la mercancía. Para cargas que superen 1.000 $ AUD, se aplica una vez lleguen a la aduana australiana.
Recuerda que deberás añadir estos cargos e impuestos a tus costes de envío iniciales. No olvides preguntar a tu compañía cómo incluyen esto en su presupuesto.
Además del impuesto sobre bienes y servicios y, potencialmente, aranceles, puedes enfrentarte a un cargo extra por área remota que aumentará el coste final de tu envío. Esto tiene que ver sobre todo con tu domicilio ya que depende de que la empresa transportista cuente con su propio almacén y transporte en tu zona.
En caso de que no lo tenga, usará una tercera compañía para realizar el servicio, lo que llevará a cargos extra por zona remota. Aunque vivas en una ciudad grande, te aconsejamos que consultes con tu transitario si deberás abonar este coste.
Además de las restricciones en cuanto a productos que se pueden exportar a Australia, la ruta que siga tu flete también puede restringir el envío de cierto tipo de mercancía. Por ejemplo, está estrictamente prohibido enviar cualquier carga a Australia a través de ciertos países, como Egipto y Bangladesh.
Esto es algo de lo que debería ser plenamente consciente tu transitario. No obstante, afín de evitarte problemas innecesarios, es mejor que encuentres un transitario que solo use rutas directas para sus envíos. De esta manera, no debería haber complicaciones con tu mercancía y la legislativa marítima internacional.
Los envíos marítimos a Australia no son tan difíciles como pueden parecer. Siempre y cuando tengas tu documentación en regla y entiendes qué esperar de tu transitario y las aduanas, no habrá sorpresas.
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