La industria textil es quizá uno de los sectores más globalizados del mundo. Su cadena de suministro y producción es, a menudo, extraordinariamente compleja; motivo por el cual es frecuente encontrar a varios países involucrados en la confección de un mismo producto.
Según las estadísticas públicas en España, el sector textil es el ?sector industrial de la economía dedicado a la Co-producción de fibras -fibra natural y sintética-, hilados, telas y productos relacionados con la confección de ropa y vestidos. Aunque desde el punto de vista técnico es un sector diferente, en las estadísticas económicas se suele incluir la industria del calzado como parte de la industria textil?.
Es decir, dentro de esta industria incluimos:
En la actualidad, la Unión Europea es el principal importador de prendas de vestir, siendo receptora del 50% de la producción mundial, seguida por los Estados Unidos, Japón, Canadá, Rusia y Suiza.
No obstante, resulta paradójico que la Unión Europea también sea un importante exportador de tejido y prenda acabada, lo cual es debido a la larga tradición y elevado prestigio de sus principales marcas. Nuestro país goza de una posición privilegiada en ese sentido. Exportar desde España supone por tanto una gran oportunidad para cualquier comerciante textil nacional.
Tradicionalmente, los principales clientes de las exportaciones nacionales han sido nuestros socios de la Unión Europea. Sin embargo, los gigantes españoles como Inditex, Mango y Cortefiel, que aglutinan el 50% del total de las exportaciones, tienen presencia en todo el planeta y han servido de efecto tractor para el resto de la industria. De hecho, la tendencia del sector en los últimos años ha sido la aparición de nuevas empresas centradas en el segmento medio del mercado y cuyo crecimiento ha sido exponencial.
Mucho menos sorprendente es el crecimiento de las importaciones de ropa y accesorios desde China. El gigante asiático es el fabricante del 65% de la producción textil del planeta, si bien otros países y economías emergentes de Asia y Latinoamérica también están comenzando a ganar un peso específico. Destacan Turquía, la India, Camboya, Bangladesh, Corea, Indonesia, Perú y Brasil.
Es bien sabido que Estados Unidos constituye es uno de nuestros principales socios comerciales. La exportación de ropa y accesorios hasta este país es, por tanto, una gran oportunidad de negocio. La posibilidad de realizar un envío a la puerta en destino puede suponer un incremento en la seguridad y el valor del servicio proporcionado.
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La pujanza de la industria textil española en el exterior supone una gran oportunidad de negocio. Los factores que han influido en el auge actual del sector son varios. A fecha de 2013 y según los datos de Ministerio de Economía había en España casi 15.000 empresas textiles y de confección que exportan un valor superior a los 11.000 millones de euros.
Por una parte, el éxito de Inditex ha reforzado el prestigio y la credibilidad de la marca España. Además, su modelo de negocio ha sido imitado por pequeñas empresas que se han especializado en diversos sectores de la moda y han dado un rápido salto al mercado exterior.
Por otra parte, el hecho de que éstas hayan optado por una la estrategia de integración en la cadena de valor, y un despliegue gradual ha dado grandes resultados.
Finalmente, el sector se ha visto beneficiado por la mejora de la productividad nacional y el incremento de la demanda en China y varios países de Latinoamérica, donde el crecimiento de la clase media ha dado lugar a la aparición de un consumidor con capacidad adquisitiva y que demanda la moda española.
En este sentido, las exportaciones españolas a países asiáticos o a Oceanía representan a 2013 un 28% del total de las exportaciones. Por tanto enviar un contenedor a China o exportar a China, por ejemplo, no constituye ninguna aventura hoy para las empresas españolas. Como tampoco lo constituyeexportar a Sudáfrica, exportar a Corea del Sur o exportar a Australia, destinos que hasta hace poco tiempo, nos parecían muy lejanos.
Debemos añadir que los países emergentes de América Latina han ayudado también de forma decidida en los últimos años con la ayuda de índices de crecimiento superiores al 3% y 4% que han dado lugar al surgimiento y afianzamiento de una clase media ávida de comprar productos de calidad españoles. Así, no son pocas las empresas que se han decidido a:
El transporte marítimo o envío internacional de mercancía a través del mar puede variar desde 1 a 5 días en el Mediterráneo, 12 a 20 días en océano Atlántico, 25 a 35 días en el océano Pacífico y 25 a 50 días en caso de querer acceder a un país asiático. No obstante, es necesario añadir el tiempo que pueda transcurrir durante la tramitación del despacho de aduanas, así como cualquier incidencia imprevista, la cual pueda generar algún tipo de retraso. Por ese motivo, es recomendable que la campaña de exportación sea iniciada con un margen de 3 meses.
El transporte aéreo puede ser una excelente opción en algunas circunstancias señaladas. Por un lado, determinadas prendas y, especialmente, un buen número de accesorios cuentan con un gran valor añadido y, al mismo tiempo, representan muy poco volumen. En esos casos, el transporte aéreo resulta idóneo pues permite una mayor rotación del stock, al no ser necesario recibir y acumular grandes cantidades de mercancía. Por otra parte, a veces surgen oportunidades dentro del sector de la moda, donde la capacidad para enviar un producto lo más rápidamente posible supone una gran diferencia. En estas circunstancias, el transporte aéreo es igualmente la opción a escoger.